jueves, 20 de diciembre de 2018

Reuniones Familiares

Reuniones Familiares
 Debe de tratarse de alguna deficiencia congénita, o algún deseo inconsciente por el sufrimiento, lo que impulsa a la familia española a celebrar, año tras año, eventos familiares que terminan, indefectiblemente, como el rosario de la aurora (que diría mi abuela). La excusa suele ser reunir a la familia para celebrar un bautizo, una comunión, un cumpleaños, una boda o la navidad. Todos ellos son extremadamente peligrosos, pero sobresalen aquellos que se celebran en la casa de alguno de los miembros de la familia. Normalmente suele ser en casa de los padres de alguno de los cónyuges. Pero también puede ser en la casa propia o en la de algún hermano en cuyo caso, en algún momento, va a surgir una frase del tipo “la próxima vez hacemos la comida en mi casa que el comedor es más amplio y no esta mierda que casi o podemos movernos... ” o “para la próxima en mi casa que tenemos habitación de invitados y los niños se pueden quedar y jugar
con la mega-híper-Super consola de nuestro Luisito que como se porta muy bien y es el más listo de la clase, no como vuestro Manolito que es un puto friki lleno de acné que salió igual de tonto que el primo Antón, se la hemos regalado.” o “ah, tenemos algo que comunicaros... a Pedro José le han ascendido en la empresa, le han hecho jefe de sección....” al tiempo que mira con orgullo a su marido y este le guiña el ojo y ambos brindan con complicidad mientras el puto Pedro José te mira como a un ser inferior porque tú no has sido ascendido a jefe de sección y no estas, como él, en la cresta de la ola. Por supuesto, y a partir de ese momento, Pedro José nos iluminará con sus comentarios acerca de lo importante del sacrificio y del trabajo bien hecho para lograr los objetivos en la vida convirtiéndose en el centro de atención del evento. y la opinión del Pedrito pesará más que la tuya y notarás que, incluso, tu madre le sirve la comida a él antes que a ti.
Si tienes la mala suerte que un hermano o primo se ha casado con una feminista la cosa irá mal porque se pasará la noche comentando como la sociedad es sexista y la mujer es continuamente vejada, cobra menos que los hombres por hacer lo mismo y tiene que cuidar de los niños y esto y aquello.... siempre hay un primo, tío o hermano que quiere tener la razón en todo y se exalta con facilidad levantando el tono de voz y cagándose en lo más sagrado si es necesario. Cuando los vapores del vino comienzan a hacer su efecto comienzan los reclamos por temas recurrentes: no estuviste en mi aniversario, nunca te importaron mamá ni papá, nunca me apoyaste, mamá y papá siempre te dieron más a ti que a mi... vas a dejar que mamá y yo recojamos la mesa? qué pasa? que tu mujercita es demasiado fina para recoger la mesa? deja a mi mujer tranquila que ella trabaja toda la semana y está cansada.... ah, quieres decir que yo no trabajo? crees que cuidar de los hijos y de la casa no es trabajo? en este momento interviene la feminista realizando una exposición de lo sexista de la sociedad y como las mujeres son tratadas de manera desigual y no se valora el trabajo de ama de casa y esto y aquello.... entonces el primo que este medio borracho le dice que lo que le pasa es que su marido no se la folla bien porque una mujer bien follada no se queja tanto por todo.... la madre intenta intervenir para que se calmen las aguas, pero nadie le hace caso así que se gira hacia el padre, pero este se ha quedado dormido después del tercer Brandy .... entonces uno de los niños se pone a llorar porque un primito le ha quitado un juguete.... la madre le intenta calmar y le pide al primito que le devuelva el juguete, pero este se lo guarda dentro del calzoncillo y le dice que si lo quiere que lo coja ella misma... el padre del niño ladrón se muere de la risa y le dice “Así se hace.... marca tu territorio hijo” entonces la madre del niño llorón llama a su marido para que ponga las cosas en orden, pero este está pendiente del escote de la feminista mientras se toma un gin tonic...uno de los sobrinos, aprovechando el tumulto, se ha preparado un porrito de marihuana y lo está compartiendo con la prima mientras calculan como robarle el bolso a la abuela e irse a tomar unos tragos a la disco y salir de esa casa tan aburrida.... mientras tanto hay una bisabuela por ahí sentada chupando turrón (la pobre ni dientes tiene) y tocando la pandereta, aunque quizás no sea navidad, porque se ha visto afectada por el humo del porro.... entonces la organizadora del evento trata de poner un poco de calma y dice “ahora es el momento de dar los regalitos a Marianito” y Marianito, que ya tiene 15 años, los cojones más negros que los sobacos de un grillo, un bigotillo de repartidor de supermercado y menos ganas de estar allí que un catalán en la fiesta de la hispanidad comienza a recibir perfumes baratos, camisas de Zara, cuchillas de afeitar.... hasta que el tío cachondo (que siempre hay uno en todas las familias) le regala 50 euros y unos condones con sonrisa cómplice, un guiño de ojo y una frase del tipo “los 50 euros pa’que invites a una gachi a unos drinkins y los condones pa’que le enseñes lo que somos los Martinez...” entonces la abuela y la madre del adolescente recriminan al tío cachondo por ser tan vulgar con el sobrino, la feminista se queja de que se sexualice a la mujer, el tipo del gin-tonic no se aguanta más y le agarra una teta a la feminista insatisfecha, el marido de la feminista le felicita porque él nunca pudo hacerlo, la mujer del toca tetas le da un tortazo, el niño ladrón roba otro juguete a otro primito, los porreros están en el balcón de la sala calculando si llegarían al edificio de enfrente moviendo los brazos cual tiernas abejitas, los vecinos del piso de abajo han subido a quejarse por el ruido.... y aquello se ha convertido en la antítesis del infierno de Dante.... así que, por fin, el abuelo despierta de su letargo del Brandy, mira a su alrededor, ve la que hay liada y grita... a tomar por culo todo el mundo... cada quien a su casa.... y, efectivamente, cada quien agarra sus abrigos, sus vástagos y sus cónyuges y, sin dejar de insultarse unos a otros, abandonan el evento. justo en el momento que se están separando y a punto de golpearse uno dice.... “que? la semana que viene repetimos en mi casa?” a lo que todos responden que sí, que por supuesto... que nada como una reunión familiar para estar unidos.

miércoles, 21 de marzo de 2018



Parece que hay que esperar a que te mueras para que hablen bien de ti. Solo cuando alguien nos abandona se escuchan expresiones del tipo “Fue un gran tipo” “gran amigo de sus amigos” “un compañero de trabajo excelente” “Super agradable como persona” “un gran jefe”…. Cuando uno está vivo la cosa cambia (sobre todo entre los españoles que ya se sabe lo envidiosos que somos) y nos destrozamos verbalmente los unos a los otros. Sin embargo, y por esa tendencia a lo políticamente correcto que tenemos los adultos, y al temor a haber opinado de más, nos vemos obligados moralmente a arreglar los comentarios después de haberlos vertido. Así, tras una sentencia del tipo “no sé cómo le han dado ese puesto si no tiene ni puta idea” “no sé cómo aun no le han echado si es un puto incompetente” “es otro friki como todos los directores de administración anteriores, seguro en el colegio le robaban el bocadillo” “es el jefe más cabrón que he tenido” nos vemos obligados a finalizar con un “pero no es mala persona”. Bueno, ese no es mi caso: yo si soy mala persona. Y, si he de ser sincero, creo que es lo normal y que debemos de ser más los que pertenecemos al grupo de los cabrones que los que forman parte del colectivo “no malas personas”. Porque soy mala persona? Me encantar entrar al FaceBook solo a buscar al guapito de mi colegio y ver que ahora su puto pelo lacio y rubio de mierda se la ha caído y está más calvo que Mr. Proper, encontrarme por la calle a la Super buenorra del colegio que nunca quiso saber de mí y ver que esta gorda y fea, saber que el profesor de matemáticas que tan mal me lo hizo pasar murió de insuficiencia renal el año pasado, que el cura que siempre me mandaba a confesarme y me decía que la masturbación es lujuria y me iba a quedar calvo si lo seguía haciendo resulto un pederasta y lo han excomulgado, que mi amigo que sus padres tenían pasta y lo enviaban a Londres lo veranos y a esquiar en invierno ahora es un mil-eurista y cuando salimos a comer tengo que invitar yo, me gusta cuando mi mujer me cuenta que su vecina (la que parece ser tan feliz con su marido) esta Super insatisfecha sexualmente porque su marido la tiene pequeña, que a Paco “el cachas del Gym” no se la pone dura por los esteroides que se mete , que aquel cabrán que, de joven, tocaba la guitarra al ritmo que entonaba “yo quiero tener un millón de amigos y así mas fuerte poder cantar…” mientras nos forzaba a agarrarnos de las manos y encender velas tuvo un problema con la cera caliente de una vela y le tuvieron que amputar parte del pene, que aquel amigo que siempre encuentra “chollos” y compra el mismo coche que yo pero a mitad de precio, el mismo boleto de avión que yo pero por la cuarta parte pero siempre para él, nunca para ti, se compró una bicicleta de montaña mejor que la mía a mitad de precio se la robó el amante de su esposa, disfruto cuando Cristiano Ronaldo no mete goles, cuando España queda ultima en Eurovisión, cuando los ricos y famosos tienen problemas como yo, me encanta ver patinarse y caerse a la camarera que se molestó porque le dije “me pones un gin tonic, guapa?”, amo llegar a la cancha de tenis y sacar a los jugadores anterior con la frase “time’s up”, disfruto ocupando la última plaza de un parking mientras el que viene detrás de mí tiene que ponerse a dar vueltas, llevarme las ultimas donas de la pastelería para que la pareja de gordos de detrás de mí se jodan, me encanta asegurarme que, en una noche de copas, si no yo follo mis amigos tampoco lo hacen, que hay más agradable que tirarte un pedo en un lugar público y culpar a otro? No es agradable entrar en una conversación donde se está hablando de alguien que no te cae bien y soltar, “y tú no sabes las ultimas…. Menudo pajarraco el tipo”… pues lo dicho, que soy un mal tipo.

viernes, 2 de febrero de 2018

CUANTA CHORRADA!!!!!!

CUANTA CHORRADA!!!!!!

En mi clase de octavo había un gordo. Y se llamaba Guillermo. Y le llamábamos Guillermo el gordo, el puto gordo o el gordo a secas. Y había uno que llevaba gafas y era el gafotas, el cuatro ojos o el puto gafas. También había uno que se ponía nervioso al leer y se trababa un poco y le llamábamos el tartaja. Otro con problemas de halitosis (mal aliento para los que no quieran ir a googlee a buscar lo q significa) que le llamaban Josué y para nosotros era Josué el asqueroso. Gays no había, ni maricones... faltaría más, era un colegio serio, de curas. De jesuitas, para ser más exactos. De los que te daban dos ostias bien dadas si te pasabas de listo. Y otras dos si te quejabas. Y que no se te ocurriera quejarte en tu casa porque tus padres te daban otras 4 ostias mejor dadas para que aprendieras.

Poner en duda la autoridad del profesor? Te has vuelto loco? Si en el colegio el profesor te sacudía pues a aguantar y a callar. Faltaría más. Curas de los de antes, de los de verdad, curas de España, cojones!!!!! fumaban, y tomaban vino, mucho vino de hecho... y nada de desviaciones enfermizas con menores como los curas americanos. Si acaso alguna putilla de las de toda la vida o alguna viuda de La comunicad necesitada de consuelo.

Los gitanos? Todos ladrones. Los maricones? Pues eso mismo... maricones, invertidos, bujarrones, maricas, locas. De Algeciras pa’bajo todos moros. Los andaluces unos vagos, los catalanes unos tacaños y los madrileños unos chulos. Los vascos terroristas todos y si esquiabas eras pijo. Dime qué coche tiene tu padre y te diré tu status social. En el fútbol se fumaban puros, se tomaba vino y se insultaba al árbitro. Y si un jugador era negro le podías llamar negro. También se podía fumar en los bares, en la oficina, en el taxi y hasta en los aviones. Y los albañiles podían alegrarse el día viendo pasar a lozanas hembras al tiempo que les proferían simpáticos e ingeniosos piropos. No cualquier piropo, no... Piropos castellanos, clásicos, piropos de España y olé.... desde el clásico y moderado “olé, mi arma. Que gracia y que salero” de los andaluces al más osado “guaaapa, que estás Pa’mojar pan” o aquel otro clásico y fino “cachonda, que te voy a comer el....”. Te podías dar de ostias a la salida del colegio sin que una cadena de televisión organizara debates sobre “la violencia en nuestras aulas”. Y si no estudiabas o si eras gilipollas pues no aprobabas y no pasabas de curso. Y si insistías en tu torpeza pues no ibas a la universidad. Salías del colegio y te ponías a buscar trabajo o te ibas a estudiar formación profesional con los idiotas. Idiotas? Dije idiotas? Sí, porque entonces había idiotas, y había sub normales, y había retardados, y había jilipollas. Y no pasaba nada. Ellos lo sabían, tú lo sabías y todo el mundo lo sabía Y si eras un “pringado” te robaban el bocadillo en el colegio, te robaban las tareas, se metían con tu hermana o con tu madre y si querías jugar a fútbol con los demás tenías que ser el dueño del balón porque si no pues no te dejaban jugar con los chicos y te ibas a jugar con las chicas. Y no recuerdo jamás haber escuchado conceptos como el Bullyng ese tan de moda ahora. Y los chicos (entonces no hacía falta decir “y los chicos y las chicas”) no entraban en depresión ni requerían asistencia psicológica por este tipo de cosas. Simplemente se convivía y mira que bien hemos salido, no hay más que mirarme a mí!!!! El día del orgullo gay? Que salieran a la calle los maricones vestidos de locas o con chaquetas de cuero y mordazas de perro con pelota roja en la boca cómo salen ahora... ya verías tú cómo les iba a ir...

En aquella época en la vuelta ciclista a España (un clásico de toda la vida) a los ciclistas les esperaba una jaca bien buenorra con un ramo de flores y una botella de champán para celebrar el triunfo y el esfuerzo del sacrificado deportista. Ahora creo que le espera un maromo porque lo de la tipa parece que es degradante para la mujer. Así que en la última vuelta a España nadie quería ganar la etapa no sea que el azafato de turno en lugar de destapar el champán quisiera ponerles mirando a Cuenca.
Ahora parecerá extraño o de ciencia ficción pero, entonces, si tenías un negocio de modelaje, una tienda de lencería o un local de copas podías contratar mujeres a través de un anuncio en prensa y solicitar que tuvieran “buena presencia” sin que te metieran en la cárcel por sexista, racista o machista. Incluso te permitían exigir que las modelos que ibas a contratar para tu colección de bikinis primavera - verano 1980 fueran mujeres de determinadas medidas. Básicamente porque era tu negocio y querías que los trajes de baño se vendieran y ganar dinero tú y darlo de ganar a esas humildes y sacrificadas mujeres que se esforzaban con sus dietas y ejercicios para poder desfilar. El mismo esfuerzo que hace un estudiante para poder pasar sus exámenes y graduarse de medicina y que quien te opere de apendicitis no sea un inepto incapaz al que le aprobaron el bachillerato para que no se sintiera acomplejando y los papás tuvieran que llevarlo al psicólogo y las cadenas de televisión de España organizaran debates acerca de lo mucho que se les exige a nuestros jóvenes estudiantes.
Y es que hay mucha, mucha pero mucha chorrada hoy en día con la igualdad para todo y para todos y todas.

Es probable, querido lector, que cuando usted esté disfrutando de estas líneas yo ya esté tras las rejas o sometido a tortura por algún grupo de extremistas y extremistos que al grito de “no a la intolerancia. todos y todas somos iguales y todos y todas tenemos los mismos derechos” me estén quemando las plantas de los pies par que me desdiga como el pobre Galileo Galilei.
Dime, querido lector, con sinceridad....Tú dejarías a tu hijo de 10 años que vaya a pasar el fin de semana a casa de un amiguito que el papá se llama MANUEL y la mamá se llama Jorge. Llámame antiguo si quieres pero yo prefiero dejarlo ir un concierto de Marilyn Manson que, como mucho, va a drogarse y alabar a Satán.

También recuerdo una época donde las alubias llevaban chorizo, morcilla, tocino... y no había que quitarles la grasa ni deshidratarlas para comerlas. Te lo comías todo… y con pan. Y nadie se moría de nada por ello. Y los moro se comían su cus cus y sus dátiles y no jodían pidiendo que nos quitaran el chorizo y la morcilla a los católicos (qué para según qué cosas los españoles somos muy creyentes y tradicionales).

En fin, paremos que me caliento y esta historia solo pretende ser una reflexión jocosa.
Por cierto que además de Joaquin el gordo y Josué el asqueroso también siempre había, en todos los colegios, un macho que dominaba en los vestuarios por sus atributos varoniles. En mi colegio se llamaba Gorka. Y hay cosas que no cambian y no deben hacerlo.

miércoles, 14 de junio de 2017

Sweet Office

Esta mañana he despertado  temprano y he salido al balcón para disfrutar del cálido abrazo de los primeros rayos de sol estivales. Tan bien me he sentido que he decidido despertar a mi mujer románticamente  al ritmo de “Despacito, quiero respirar tu cuello despacito….” al tiempo que hacia sus delicias con un bien coreografiado baile en pantaloncillo capaz de derretir media Antártida. Qué mujer de este mundo no haría un pacto con el demonio por tener este maravilloso despertar? La mía parece ser que no a juzgar por los zapatos que han empezado a volar por la habitación en dirección a mi persona.
Ajeno a la ingratitud de la otrora victima indefensa de mis encantos me fui a la habitación de mi adolescente hijo y, esta vez al ritmo de la música de Rocky Balboa, comencé a despertarle al tiempo que realizaba agiles movimientos pugilísticos lanzando veloces golpes a un invisible contrincante y le instaba a levantarse para acompañarme en mis ejercicios matinales en el gimnasio cercano a la casa. Mi hijo se limitó a mirarme, decirle al perro que me atacara, tirarse un pedo y continuar durmiendo al tiempo que apartaba un trozo de pizza de la almohada que parece le había sobrado de la cena de anoche.
Así que a la hora del desayuno decidí tener una conversación con ellos  (incluyendo el perro) y les expliqué que a partir de ahora las cosas tienen que cambiar porque la vida hay que aprovecharla, que las oportunidades las pintan calvas, que al que madruga Dios le ayuda, que el tren no pasa dos veces por la misma estación y un conjunto de reflexiones de vida muy interesantes de unos libros de Liderazgo y Crecimiento Interior que en mi empresa nos han mandado leer. Tras mi convincente disertación de 15 minutos el perro estaba dormido, mi hijo estaba en la consola jugando a un juego 3D y mi mujer pintándose las unas al tiempo que sacaba dinero de mi cartera (todo el dinero de hecho). Que pandilla de ingratos y de ignorantes!!!!
Decidí no permitir que mi autoestima se resquebrajara por esto (repitiendo mi karma “tú controlas tu vida, tú controlas tu vida, tú controlas…”) y me fuí a trabajar.
Lo primero de todo la secretaria me saludó con su mejor sonrisa y me felicitó por mi buen aspecto físico y lo bien que me queda mi recién estrenada camisa. Una vez cruce el umbral de mi oficina  todo estaba en su sitio: los chicos sentados en sus puestos de trabajo y  perfectamente uniformados, desayunados, meados, cagados y bañados  como marcan las buenas costumbres. “Buenos días, chicos” saludé contestemente.
“Bueno días, jefe” respondieron al unísono al tiempo que los más sinceros y animosos me recordaron lo bien que me veía quizás debido a lo correctamente vestido que suelo ir o a mi naturaleza más propia de un actor de cine que de un simple gerente. “Gracias, gracias… valoro vuestra sinceridad pero recordad que no todo es mi mérito, Dios también puso algo suyo en mi…” respondí al tiempo que les contagiaba mi alegría matutina.
Una vez ubicado en mi puesto de trabajo me trajeron un cafecito al tiempo que me ponían al día del trabajo que LES esperaba el día de hoy y que no me preocupara por nada que ya se encargaban ellos para que yo pudiera dedicar el tiempo a temas importantes de jefes. Que querían recordarme lo buen jefe que soy. Tan Buena disposición les vi que decidí compartir mi buen estado de ánimo y mis experiencias con ellos y diserté durante 45 minutos acerca de que la vida hay que aprovecharla, que las oportunidades las pintan calvas, que al que madruga Dios le ayuda, que el tren no pasa dos veces por la misma estación y otras interesantes reflexiones. Una horda de aplausos, felicitaciones y agradecimientos retumbaron en la oficina cuando finalicé. “qué buen jefe tenemos” “es el mejor” “quién como él” “lo tiene todo” fueron algunas de las expresiones que escuche al tiempo que me pedía otro cafecito para celebrar tan buen comienzo de día.
Creo que a partir de hoy mudaré mi armario a mi oficina y viviré aquí. Aquí es donde realmente se me valora con justicia y equidad y se me aprecia. Regresar a la casa? Eso es para los perdedores. Yo me quedo en la oficina y es que OFFICE, SWEET OFFICE. 

lunes, 24 de abril de 2017

NATHAN Y DOROTHY


Nathan sabía que tenía que continuar. No importaban el cansancio, el hambre o la desorientación. Sabía que, simplemente, tenía que continuar caminando. No había opción.
Los pensamientos se arremolinaban en su cabeza mientras caminaba tan aprisa como se lo permitía Dorita.

En realidad Dorita era solo un apodo cariñoso con el que Nathan molestaba a su hermana. Su verdadero nombre era Dorothy. Y solo tenía 6 años. Cumpliría 7 el mismo día que comenzaba la primavera. Algo muy natural, pensaba Nathan, ya que con su sonrisa permanente, su lacio cabello rubio y sus vestidos de flores era, sin duda, la viva imagen de la primavera.
Dorita era la principal razón por la que Nathan no había abandonado el hogar paterno tiempo atrás. Dorita, y su propia madre, a quien no quería dejar sola en compañía del violento ser en que se había convertido el padre biológico que les había engendrado a ambos.
Algo que Nathan se cuestionaba cada día en los últimos años: con la cantidad de padres amorosos y justos que había en el mundo, porque a ellos le había tocado este desgraciado alcohólico, violento y vago?

Hubo un tiempo, según le contó su madre una noche que su padre estaba de borrachera con sus amigos, en que  este despreciable ser fue un atractivo e interesante joven con una brillante carrera deportiva por delante. Y ante quien su madre perdió su virginidad (esta parte, en realidad, la obvió a su adolescente hijo) en el asiento trasero de su camioneta una cálida noche de verano cuando ella aún creía en los príncipes azules, en los matrimonios perfectos y en el amor para toda la vida.
Qué equivocada resultó estar su pobre madre!!!!  Y acababa de pagar con su vida su intento de aferrarse a esta ilusión engañándose a sí misma y tratando de engañar a sus vecinos (no le quedaba familia y sus antiguos amigos se habían distanciado de ella y de su complicada relación de pareja) continuando con una relación que se volvió enfermiza y degradante en el mismo momento que ella quedó embarazada. Y es que, sin imaginarlo siquiera, ella quedó en cinta de Nathan en esa primera y única experiencia de auténtico placer que había disfrutado. A partir de aquella primera ocasión las  muestras de afecto habían sido reemplazadas por reproches y los besos, por insultos al principio, y por golpes más adelante.

Por tanto, Nathan decidió quedarse en la casa para, llegado el momento, evitar que su padre hiciera con su hermanita lo mismo que hacía con su madre. Y ese momento, lamentablemente, había llegado antes de lo previsto. Mucho antes. Había ocurrido el día anterior, de hecho.

Nathan llegó a la empobrecida casa de madera, que había aprendido a considerar su hogar, tras un largo día de colegio seguido de un duro entrenamiento en el play del pueblo. Soñaba   con la posibilidad de firmar con un equipo profesional e irse a vivir lejos, muy lejos. Estados Unidos era su anhelo.
Y, en sus fantasías, soñaba con que Dorita iría con él y el la protegería y cuidaría hasta que un día muchos años después ella tuviera sus propios hijos y esposo.

Sin embargo ahora sospechaba que ese día jamás llegaría porque el, Nathan, acababa de asesinar a su padre. Y en un país como este no importaba que tan  cruel hubiera sido su padre. Sin duda si lo agarraban lo encerrarían en una institución para menores y le separarían de su adorada Dorothy. Pero él no lo permitirá. Dios sabía que no lo haría. Aunque tuviera que caminar 40 días seguidos igual que su amigo, el padre Mateo,  le explicó que había tenido que caminar Jesus muchos, muchos años atrás.
Así que, agarrando con fuerza de la mano a Dorita, siguió su caminar nocturno con la vaga esperanza de que, antes o después, llegarían a los terrenos de una comunidad religiosa que Nathan había escuchado al padre Mateo residían en esa zona del valle.

En un momento sintió que la mano que sujetaba a Dorita se quedaba atrás y, cuando se volteó, se encontró con que ella le estaba mirando y le dijo

-          "Nathan, yo ya estoy cansada y es de  noche. Regresemos a casa y sigamos paseando mañana, te parece? Además mañana en la mañana mami va a cocina flan de leche y ya sabes que me gusta "muchisisisimo".

Nathan no pudo frenar la sensación de mareo que le sobrevino y con el mayor aplomo de que fue capaz le respondió

-           Dorothy, no podemos volver. Mama está... bueno... mami está... ya no está. Ahora mismo está con los ángeles.
-          Pero de seguro regresa para cocinar mis flanes (respondió la hermana con más deseo que convicción en sus palabras).
-          Lo lamento Dory, pero mami ya jamás volverá. Se fue al reino  de los cielos para siempre y nunca regresará para hacerte flan de leche, tortitas  o arroparte en tu cama antes de dormirte. Mami se ha ido. Para siempre. (y mientras decía esto una lágrima se escapaba de sus profundos y hermosos ojos color verde.)

Dorothy, entonces, y para desesperación  de su hermano mayor, respondió:

-          Pues entonces vayamos nosotros también donde los ángeles esos para ver a mami...
-          Solo tengo 15 años, por Dios, cómo puedo explicarle a mi hermanita de 6 que mami está muerta? Que cuando ella estaba durmiendo su padre había llegado borracho y había tratado de meterse desnudo junto a ella en su cama y que cuando mami se le enfrentó (primera vez que Nathan le vio hacerlo con tanto ímpetu) comenzó a darle tantos golpes y a insultarla de manera tan  salvaje que acabó por matarla en la cocina?  Y cómo contarle que al escuchar los golpes e insultos Nathan salió corriendo de su cama y cuando vio lo que estaba ocurriendo, y sin pensarlo siquiera, tomó su bate de baseball y lo impactó en la cabeza de su padre haciendo estallar está como si de un melón se tratase? Y que cuando cayó al suelo continuó golpeándole hasta que su cabeza no fue más que un amasijo informe y no quedó un solo hueso de su cuerpo sin romper?  Y que cuando despertó a Dorita para decirle que se vistiera y salieran a buscar mariposas nocturnas (cómo habían hecho en alguna ocasión en el pasado) en realidad era mentira y este era un paseo sin retorno?

 Así que se agachó para que sus ojos quedaran a la misma altura que los de ella y le dijo:

-          Dory, nunca más veremos a mami. Ella está muerta. Ahora tenemos que continuar caminando y buscar La Fundación que es un lugar de retiro regentado por unos sacerdotes españoles que, espero, nos puedan ayudar.

Y dándole un beso en la frente, y obviando las lágrimas que a ambos les caían por el rostro, la levantó y la cargó sobre sus hombros, como a ella solía divertirle en el pasado,  y comenzó a caminar más desesperado y desorientado que nunca.

Nathan siempre fue un chico más maduro que los otros chicos de su misma edad. Mientras otros jugaban a la consola o hacían el vago por el pueblo Nathan ayudaba a su madre en las tareas de la casa y hacía trabajitos y recados para obtener algo de dinero que empleaba para comprar una muñeca, una golosina o un vestido a su adorada hermana.
En una ocasión pagó a la peluquera del barrio para que fuera a la casa y le diera un masaje y le arreglara el  cabello a su mama. Incluso compró unos chocolates y unas flores y se los puso en la mesa de la cocina. Fue en una ocasión que tras una discusión con su padre ella acabó con el rostro más amoratado que en ocasiones anteriores y no pudo salir de la casa en varios días para que los vecinos (quienes hacía tiempo sospechaban lo que ocurría en esa casa pero por ser gente de campo y acostumbrados a la vida dura y dedicarse a sus propios problemas miraban para otro lado) no la vieran en ese estado.

En aquella ocasión Nathan se juró a si mismo que pronto firmaría por un gran club y el, su mama y Dorita se irían lejos y el compraría una linda casa con una habitación para cada uno y pintaría la de Dorita como una gran casa de muñecas. Y un día volvería, ya adulto, y ajustaría cuentas con el viejo. En realidad ya podía hacerlo pues Nathan, a sus 15 años, tenía un imponente físico musculoso gracias a su altura y a las horas de entrenamiento en el play y en un gimnasio que un amigo había montado con 4 hierros viejos en el patio de atrás de la casa de su abuela. Sin embargo, Nathan sabía que era mejor aguantar un poco más y lograr el contrato que los llevaría a los tres lejos del viejo y su violencia.

Hasta que los acontecimientos se salieron de control hacía unas horas (o fueron días?) Nathan tenía la sensación que las últimas horas habían sido días y comenzaba a perder la noción de todo).
Finalmente, y tras un giro del camino, visualizó un edificio sencillo de piedra  de color blanco y una cruz de madera sin ornamentar sobre una puerta doble como las que había visto en la zona colonial en una excursión que hicieron con el colegio dos años atrás. "Debe de ser aquí." Pensó "Tiene que ser aquí." Y sin pensarlo se acercó y golpeó la puerta con todas sus fuerzas al tiempo que se dejaba caer de rodillas, dejando a su hermana suavemente en el suelo a su lado,  pues se había quedado dormida.  Con este último movimiento sus fuerzas y su desesperación habían llegado a su límite.
Y así permaneció, de rodillas, con las lágrimas corriéndole por las mejillas, los ojos cerrados, las manos acariciando el pelo de Dorothy y absorto, perdido en sus pensamientos pero sin pensar en nada, flotando en un universo en el que no debiera de flotar un chico de su edad.
Cuánto tiempo pasó no sabría precisar pero, de pronto, un sonido de madera y hierro desplazándose se escucharon y una luz blanca, como celestial, surgió tras las puertas abiertas y, cuando Nathan alzó la vista, encontró la rechoncha y corta figura de un hombre de pelo alborotado, larga barba y somnoliento rostro que les contemplaba con un farol de blanca luz en una mano y la otra apoyada en la puerta, que miraba a ambos hermanos sin decir palabra.

No necesitó mucho tiempo el hermano Sebastián, (de la orden de los jesuitas) en percatarse de que algo no iba bien con el muchacho y la pequeña que acababan de llegar en plena noche (y que a juzgar por las similitudes de sus facciones debían de ser hermanos) y, sin pensarlo dos veces, despertó a los otros tres hermanos y al sacerdote con quienes compartía hogar y prepararon una habitación y algo de cena para los recién llegados.
No les hicieron preguntas. Simplemente les ofrecieron cena y una improvisada habitación con un par de viejas pero limpias camas.

Durante días estuvieron Nathan y Dorothy conviviendo con los religiosos. Y nunca, en ese tiempo, nadie les preguntó nada. Dormían en la habitación que les habían asignado, comían en una mesa aparte y paseaban por la propiedad sin recibir ningún tipo de pregunta. Incluso, en alguna ocasión, Nathan participó, en respetuoso silencio, de alguno de los rezos que realizaban en común los religiosos.

Habían transcurrido unas dos semanas cuando el que parecía ser el líder del grupo, un hombre de unos 40 años llamado Joaquín, alto y delgado, se acercó a Nathan y le preguntó si le gustaría dar un paseo con él. “Por supuesto que sí.” le respondió imaginando que había llegado el momento de ofrecer algunas explicaciones y enfrentarse a su realidad.
Tras caminar unos minutos conversando del  clima y de la vegetación que rodeaba el camino Joaquín invitó a Nathan a sentarse junto a él en un tronco de árbol caído que había cerca del sendero por el que transitaban:

-          quería comentarte, Nathan, que tu madre ha sido sepultada en tierra santa y ha sido objeto de un entierro cristiano. Mis hermanos y yo queremos ofreceros nuestro más sincero pésame a tu hermana y a ti. Dadas las circunstancias preferimos realizar todo esto sin contar con vuestra presencia.
-          - pero…. Entonces… ustedes saben...?
-          - lo sabemos todo Nathan . Al amanecer de vuestra llegada a nuestra residencia uno de  nosotros bajó al pueblo y se acercó a vuestra casa. Te preguntarás porque hicimos esto, verdad? Te diré que en sueños narraste parte de los hechos que te había ocurrido. Así que este hermano nuestro (cuyo pasado no ha estado vinculado siempre  con el camino de Cristo) decidió hacer uso de ciertos conocimientos adquiridos en dicho pasado y se encargó de que el cadáver de tu padre apareciera en otro lugar y que pareciera que había sufrido un lamentable accidente de tráfico.
Con tu madre fue más sencillo: un lamentable accidente doméstico que hizo que se golpeara con la encienta de la cocina quedando muerta al instante. La única duda de la policía local parece estar en averiguar qué ha ocurrido contigo y con tu hermana. Hasta ahora no han venido a buscaros aquí y dudo que lo hagan. Probablemente se olviden de vosotros transcurrido un tiempo dada la cantidad de problemas que tiene actualmente la policía local.
Así que ahora, y si estás de acuerdo, nos queda decidir qué futuro podemos ofreceros a tu hermana y a ti.


Nathan trataba de asimilar todo lo que el parsimonioso y amable hermano le iba contando sin atreverse siquiera a levantar la mirada del suelo. Hacía días que había decidido que no tenían más opciones que esperar a que los acontecimientos marcaran su futuro inmediato. Estaba seguro que el acabaría en una institución para menores problemáticos y su hermanita, con suerte, de criada en alguna familia de gente bien.
Y ahora este santo varón le estaba hablando de una nueva alternativa donde su crimen quedaría impune ya que el "misterioso" hermano de dudoso pasado había hecho parecer el homicidio de su padre como si fuera un accidente.
Joaquín permaneció unos segundo en silencio permitiendo que Nathan asimilara lo que le había dicho y lo que le diría a continuación.

-           nos han llegado rumores de que eres un gran pelotero y, justamente, yo tengo unos contactos de una academia con base en la Florida que está reclutando jóvenes talentos para becarle los estudios y entrenarlos de cara al futuro. Y parecen están muy interesados en ti.
Casualmente, además, la mujer del presidente de la fundación tiene una hija de la edad de Dorothy y estaría encantada de que Dorothy viviera con ellos como una hija más. Ellos viven en la misma residencia donde tú entrenarías y estudiarías así que podrías ver a tu hermana todos los días.
Por supuesto esta fundación se haría cargo de todos los trámites legales y gastos. El proceso duraría unos dos meses durante los cuales podéis seguir viviendo aquí con una única condición... no sé si aceptarías...

Nathan, llegado a este punto, estaba dispuesto a aceptar dar la vuelta al mundo a nado con tal de optar a lo que tan generosamente le estaban proponiendo.

-          Adelante con lo que sea. (dijo al tiempo que levantaba la mirada del suelo y miraba profundamente a quien se había convertido en su única tabla de salvación).

- bueno…  (Comenzó Joaquín al tiempo que sonreía y sacaba una pelota de béisbol de detrás de su espalda) aquí a veces nos aburrimos y a algunos nos vendría bien practicar un poco de béisbol. 

Nathan no pudo evitarlo y sus ojos se llenaron de lágrimas al tiempo que decía entre sollozos "Creo, padre Joaquín, que en esto puedo ayudarles".


miércoles, 4 de enero de 2017

Esto No Es Vida

Mi nombre es Mikel Iturribide Gaztelogueta. De Bilbao de toda la vida. Nieto de balleneros e hijo de astilleros.
Nacido en el año 1901. A los 50 años me descubrieron una enfermedad venérea incurable fruto de mis periplos
por tierras caribeñas comandando un navío mercante que, sin ánimo de lucro, comerciaba intercambiando un
polvo amarillo y brillante de poco valor que poseían los locales a cambio de maravillas modernas de gran utilidad
que llevábamos desde nuestras cristianas tierras (espejos bellamente enmarcados, cuencos de noble metal con
útiles asideros, instrumentos de salvación eterna en forma de crucifijos y estampitas de diferentes vírgenes…
Me puse en contacto con un amigo que poseía una pescadería y decidimos que lo mejor sería congelarme entre los
bacalaos y los besugos y despertarme cuando la ciencia hubiera encontrado una cura para mi enfermedad. Así que
a comienzos de este año 2016 fui despertado de mi letargo y, tras ser inyectado con penicilina, decidí disfrutar de
mi nueva vida en este nuevo siglo que, sin duda, me depararía miles de agradables sorpresas. Lo primero que hice
fue agradecer a la enfermera que estaba a mi cargo por el trato que me brindó: le regalé unas flores y le di una
nalgadita al tiempo que le decía “gracias chata” y le pedía fuego para un cigarrito que me quería echar. No
solamente no me dió fuego sino que me dijo que allá no se podía fumar y que si le volvía a tocar el culo o decirle
“chata” me iba a demandar… “qué te pasa que tienes tan mala uva?” le espeté “tienes la regla o es que te falta un
macho que te cubra? Porque aquí estoy yo que puedo darte un par de meneos aquí mismo, GUAPA….”. No entraré
en detalles pero en poco tiempo estaba fuera de la clínica montado en un taxi mientras una jauría de mujeres de
pelo corto en la cabeza y pelo largo en los sobacos corrían tras el taxi con pancartas y gritos de “nosotras parimos
nosotras decidimos”. En fin, que decidí irme a San Mamés a ver jugar al Athletic y fumarme un puro y tomarme
una botellita de vino e insultar un poco al árbitro para quitarme la tensión que me había generado la situación de
la clínica. “Disculpe señor, pero no se puede fumar en el estadio.” Me dijo un jovencito con uniforme de seguridad
y acento sudamericano. “Y tampoco fumar.” Cómo? Que en un estadio de futbol ya no se puede fumar ni beber?
Pero qué es esto? Nos hemos vuelto locos? Y además, que hace este niñato sudaca hablándome de tú a tú? “anda,
puto niño, vete a tomar por culo y déjame ver el partido antes que te dé dos yoyas”. Y justo en ese momento rugió
la multitud y salieron los jugadores al campo. Ahhh, qué momento…. El himno, los colores, los gritos de la
multitud, el olor a bocadillo de mis compañeros en el estadio… y los orgullos jugadores con sus camisetas rojas y
blancas sobre sus hercúleos cuerpos…. Alto… alto…. Un momento….. Pero si son todos medio maricones…. Todos
tatuados y flacos y con los pelos cortados como mariconas…. Espera…. Espera…. Que es eso? Un negro? Hay un
negro en el campo???? Y es del Athletic? Lleva la camiseta roja y blanca…. La va a manchar…. Pero qué es esto?
Evidentemente me puse a protestar y a insultar al árbitro por permitir algo as… para no alargar mucho la historia
diré que de nuevo me vi de patitas en la calle fuera del estadio tras ser fotografiado y mi foto archivada para que
no me dejaran entrar nunca más a un estadio de futbol por “xenófobo” o una cosa así.
Perplejo con la situación existente en mi ciudad decidí emigrar a Madrid unos días a ver si el generalísimo había
conseguido mantener intactas las tradiciones españolas frente a esta locura sinsentido en que parecía haberse
convertido el mundo. Según llegué a la Gran Vía me encontré una multitud exultante de personajes de todas las
calañas subidos a carrozas de disparatados colores y ataviados con toda suerte de disfraces destacando, entre
todos ellos, mujeres de masculinas facciones alzadas sobre colosales plataformas de color platino, hombres de
pelo en pecho y barbudos rostros ataviados con chalecos de cuero y collares de perros y grotescos individuos del
sexo masculino con pedazos de metal en sus pezones, ombligos y fosas nasales coqueteando y mostrando sus
lenguas a un exaltado público. No pude dejar de pensar en las novelas de conquistas bélicas que leía durante mis
largas travesías donde se detallaban a las huestes de Gengis Kan o a las tribus bárbaras del norte de Europa.
Pero ante mi estupor y asombro me percaté que las fuerzas del orden lejos de reprimir este dantesco espectáculo
parecían disfrutar de él e, incluso, par de uniformados agentes se agarraban de las manos y se lanzaban cómplices
miradas de aprobación. En fin, que hoy día 31 de Diciembre he decido que no estoy preparado para vivir en esta
época y voy a volver a criogenizarme y que me despierten dentro de, por lo menos, 100 años más.

viernes, 2 de diciembre de 2016

A la vejez Viruela

“Te recomiendo hacer un Master como he hecho yo, Gorka” me comentaba un amigo el otro día. Me
quedé sorprendido antes esta afirmación porque este amigo en cuestión apenas si consiguió sacarse el
graduado en turismo mientas el resto de amigos estudiábamos carreras serias. Así que dude de su
afirmación y me respondió “No, hombre, Gorka, no me refiero a que estudiara el Master a la edad en
que la gente normal estudia. Me refiero a que me lo he hecho ahora, a los 45 años. En mi mejor
momento profesional y personal. Esto va a ser un trampolín en mi carrera profesional.”. Bueno, bueno,
bueno pensé yo….otro que no hizo los deberes a tiempo y ahora de mayor quiere estudiar lo que no
estudió, ser guapo cuando siempre fue feo y parecer interesante cuando siempre ha sido más soporífero
que una charla con mi jefe. No soy dado a los debates pero, en esta ocasión, y ya que la comida estaba
comenzando y no teníamos muchos más temas en común de que hablar (mi amigo es Sub-Director de
hotel) decidí seguir adelante con lo que prometía ser un dialogo enriquecedor. Así que mi amigo
comenzó a hablarme de lo útil de gastarse 40,000€ en un master (“un MBA” me dijo, con un orgullo que
dudo que Nadal mostrara tras conquistar su primer Grand Slam), pedir una excedencia en el trabajo por
un año, dejar de ver a su familia por ese tiempo y trasladarse a vivir a alguno de los lugares donde se
imparten MBA’s (que como su mismo nombre indica son Madrid, Barcelona y América). El objetivo?
Pues mejorar el Curriculum y proyectar tu carrera profesional…. Y conocer otras personas y vivir nuevas
experiencias. Ummmm, ya…. Pensé yo. O sea que a los 45 camino de los 46 todavía no tienes un
currículum en condiciones y no tienes amigos pero si te gastas 40,000€ en un MBA tu vida mejorará
notablemente? Y además conocerás gente interesante que te abrirán nuevas oportunidades de
mercado? Esto último me lo puedo creer porque si quien te va a contratar también ha hecho un master
MBA podrá justificar pagarte un pastón a tí porque eres poseedor del MBA y esto, evidentemente,
potencia su propia posición ya que el mismo también tiene un master MBA. Y así, extrapolando esta
situación podemos alcanzar la curiosa situación de que todos, o gran parte, de los altos ejecutivos de
una empresa (sin el bachillerato finalizado algunos de ellos) se hayan conocido en un master MBA para
adultos y se hayan ido contratando unos a otros en cadena cual empresa de ventas de estructura
piramidal.
Para este tipo de individuos el techo no está en hacerse con un master MBA. En absoluto. Este paladín
del éxito es un individuo activo, proactivo, seguro de sí mismo, innovador y dinámico. Se ve a sí mismo
como un líder, exitoso en todos los planos de la vida y disfrutando de las míeles del éxito. Lejos
quedaron ya aquellos años donde su madre le castigaba porque sus compañeros del colegio le robaban
la merienda, los niñas del colegio se burlaban de él y tenía los dientes más torcidos que un ocho. Así que
cultivando la máxima de “Men sana in corpore sano” decide comenzar a hacer deporte. Pero no
cualquier deporte, no…. Se vuelven runners, corren 10Ks, 20KKs, maratones, iron – man, compiten en
culturismo o aprenden a jugar tenis (la única parte con cierto sentido por cierto), abren cuentas en
redes sociales y bombardean el cyber espacio de fotos de sus éxitos, sus cambios de look y sus opiniones
sobre la vida, lo humano y lo divino como si a alguien le importase. También tienden a hablar de sí
mismos con expresiones del tipo “me he hecho a mí mismo” “he sabido aprovechar las oportunidades
que la vida me ha dado” “el esfuerzo y la constancia siempre han sido mis máximas” y una de mis
favoritas “El momento más feliz de mi vida fue el día de mi boda o el día del nacimiento de mi hijo
Francisco Sebastián de todos los Santos” . Se vuelven veganos, twiteros, blogueros y hablan de cosas
como dar un sentido a sus vidas viajando a la India, haciendo el camino de Santiago, subiendo al Everest
o cualquier otra cosa que los haga ver diferentes y exitosos a su propios ojos y a los de los demás.