jueves, 20 de diciembre de 2018

Reuniones Familiares

Reuniones Familiares
 Debe de tratarse de alguna deficiencia congénita, o algún deseo inconsciente por el sufrimiento, lo que impulsa a la familia española a celebrar, año tras año, eventos familiares que terminan, indefectiblemente, como el rosario de la aurora (que diría mi abuela). La excusa suele ser reunir a la familia para celebrar un bautizo, una comunión, un cumpleaños, una boda o la navidad. Todos ellos son extremadamente peligrosos, pero sobresalen aquellos que se celebran en la casa de alguno de los miembros de la familia. Normalmente suele ser en casa de los padres de alguno de los cónyuges. Pero también puede ser en la casa propia o en la de algún hermano en cuyo caso, en algún momento, va a surgir una frase del tipo “la próxima vez hacemos la comida en mi casa que el comedor es más amplio y no esta mierda que casi o podemos movernos... ” o “para la próxima en mi casa que tenemos habitación de invitados y los niños se pueden quedar y jugar
con la mega-híper-Super consola de nuestro Luisito que como se porta muy bien y es el más listo de la clase, no como vuestro Manolito que es un puto friki lleno de acné que salió igual de tonto que el primo Antón, se la hemos regalado.” o “ah, tenemos algo que comunicaros... a Pedro José le han ascendido en la empresa, le han hecho jefe de sección....” al tiempo que mira con orgullo a su marido y este le guiña el ojo y ambos brindan con complicidad mientras el puto Pedro José te mira como a un ser inferior porque tú no has sido ascendido a jefe de sección y no estas, como él, en la cresta de la ola. Por supuesto, y a partir de ese momento, Pedro José nos iluminará con sus comentarios acerca de lo importante del sacrificio y del trabajo bien hecho para lograr los objetivos en la vida convirtiéndose en el centro de atención del evento. y la opinión del Pedrito pesará más que la tuya y notarás que, incluso, tu madre le sirve la comida a él antes que a ti.
Si tienes la mala suerte que un hermano o primo se ha casado con una feminista la cosa irá mal porque se pasará la noche comentando como la sociedad es sexista y la mujer es continuamente vejada, cobra menos que los hombres por hacer lo mismo y tiene que cuidar de los niños y esto y aquello.... siempre hay un primo, tío o hermano que quiere tener la razón en todo y se exalta con facilidad levantando el tono de voz y cagándose en lo más sagrado si es necesario. Cuando los vapores del vino comienzan a hacer su efecto comienzan los reclamos por temas recurrentes: no estuviste en mi aniversario, nunca te importaron mamá ni papá, nunca me apoyaste, mamá y papá siempre te dieron más a ti que a mi... vas a dejar que mamá y yo recojamos la mesa? qué pasa? que tu mujercita es demasiado fina para recoger la mesa? deja a mi mujer tranquila que ella trabaja toda la semana y está cansada.... ah, quieres decir que yo no trabajo? crees que cuidar de los hijos y de la casa no es trabajo? en este momento interviene la feminista realizando una exposición de lo sexista de la sociedad y como las mujeres son tratadas de manera desigual y no se valora el trabajo de ama de casa y esto y aquello.... entonces el primo que este medio borracho le dice que lo que le pasa es que su marido no se la folla bien porque una mujer bien follada no se queja tanto por todo.... la madre intenta intervenir para que se calmen las aguas, pero nadie le hace caso así que se gira hacia el padre, pero este se ha quedado dormido después del tercer Brandy .... entonces uno de los niños se pone a llorar porque un primito le ha quitado un juguete.... la madre le intenta calmar y le pide al primito que le devuelva el juguete, pero este se lo guarda dentro del calzoncillo y le dice que si lo quiere que lo coja ella misma... el padre del niño ladrón se muere de la risa y le dice “Así se hace.... marca tu territorio hijo” entonces la madre del niño llorón llama a su marido para que ponga las cosas en orden, pero este está pendiente del escote de la feminista mientras se toma un gin tonic...uno de los sobrinos, aprovechando el tumulto, se ha preparado un porrito de marihuana y lo está compartiendo con la prima mientras calculan como robarle el bolso a la abuela e irse a tomar unos tragos a la disco y salir de esa casa tan aburrida.... mientras tanto hay una bisabuela por ahí sentada chupando turrón (la pobre ni dientes tiene) y tocando la pandereta, aunque quizás no sea navidad, porque se ha visto afectada por el humo del porro.... entonces la organizadora del evento trata de poner un poco de calma y dice “ahora es el momento de dar los regalitos a Marianito” y Marianito, que ya tiene 15 años, los cojones más negros que los sobacos de un grillo, un bigotillo de repartidor de supermercado y menos ganas de estar allí que un catalán en la fiesta de la hispanidad comienza a recibir perfumes baratos, camisas de Zara, cuchillas de afeitar.... hasta que el tío cachondo (que siempre hay uno en todas las familias) le regala 50 euros y unos condones con sonrisa cómplice, un guiño de ojo y una frase del tipo “los 50 euros pa’que invites a una gachi a unos drinkins y los condones pa’que le enseñes lo que somos los Martinez...” entonces la abuela y la madre del adolescente recriminan al tío cachondo por ser tan vulgar con el sobrino, la feminista se queja de que se sexualice a la mujer, el tipo del gin-tonic no se aguanta más y le agarra una teta a la feminista insatisfecha, el marido de la feminista le felicita porque él nunca pudo hacerlo, la mujer del toca tetas le da un tortazo, el niño ladrón roba otro juguete a otro primito, los porreros están en el balcón de la sala calculando si llegarían al edificio de enfrente moviendo los brazos cual tiernas abejitas, los vecinos del piso de abajo han subido a quejarse por el ruido.... y aquello se ha convertido en la antítesis del infierno de Dante.... así que, por fin, el abuelo despierta de su letargo del Brandy, mira a su alrededor, ve la que hay liada y grita... a tomar por culo todo el mundo... cada quien a su casa.... y, efectivamente, cada quien agarra sus abrigos, sus vástagos y sus cónyuges y, sin dejar de insultarse unos a otros, abandonan el evento. justo en el momento que se están separando y a punto de golpearse uno dice.... “que? la semana que viene repetimos en mi casa?” a lo que todos responden que sí, que por supuesto... que nada como una reunión familiar para estar unidos.

miércoles, 21 de marzo de 2018



Parece que hay que esperar a que te mueras para que hablen bien de ti. Solo cuando alguien nos abandona se escuchan expresiones del tipo “Fue un gran tipo” “gran amigo de sus amigos” “un compañero de trabajo excelente” “Super agradable como persona” “un gran jefe”…. Cuando uno está vivo la cosa cambia (sobre todo entre los españoles que ya se sabe lo envidiosos que somos) y nos destrozamos verbalmente los unos a los otros. Sin embargo, y por esa tendencia a lo políticamente correcto que tenemos los adultos, y al temor a haber opinado de más, nos vemos obligados moralmente a arreglar los comentarios después de haberlos vertido. Así, tras una sentencia del tipo “no sé cómo le han dado ese puesto si no tiene ni puta idea” “no sé cómo aun no le han echado si es un puto incompetente” “es otro friki como todos los directores de administración anteriores, seguro en el colegio le robaban el bocadillo” “es el jefe más cabrón que he tenido” nos vemos obligados a finalizar con un “pero no es mala persona”. Bueno, ese no es mi caso: yo si soy mala persona. Y, si he de ser sincero, creo que es lo normal y que debemos de ser más los que pertenecemos al grupo de los cabrones que los que forman parte del colectivo “no malas personas”. Porque soy mala persona? Me encantar entrar al FaceBook solo a buscar al guapito de mi colegio y ver que ahora su puto pelo lacio y rubio de mierda se la ha caído y está más calvo que Mr. Proper, encontrarme por la calle a la Super buenorra del colegio que nunca quiso saber de mí y ver que esta gorda y fea, saber que el profesor de matemáticas que tan mal me lo hizo pasar murió de insuficiencia renal el año pasado, que el cura que siempre me mandaba a confesarme y me decía que la masturbación es lujuria y me iba a quedar calvo si lo seguía haciendo resulto un pederasta y lo han excomulgado, que mi amigo que sus padres tenían pasta y lo enviaban a Londres lo veranos y a esquiar en invierno ahora es un mil-eurista y cuando salimos a comer tengo que invitar yo, me gusta cuando mi mujer me cuenta que su vecina (la que parece ser tan feliz con su marido) esta Super insatisfecha sexualmente porque su marido la tiene pequeña, que a Paco “el cachas del Gym” no se la pone dura por los esteroides que se mete , que aquel cabrán que, de joven, tocaba la guitarra al ritmo que entonaba “yo quiero tener un millón de amigos y así mas fuerte poder cantar…” mientras nos forzaba a agarrarnos de las manos y encender velas tuvo un problema con la cera caliente de una vela y le tuvieron que amputar parte del pene, que aquel amigo que siempre encuentra “chollos” y compra el mismo coche que yo pero a mitad de precio, el mismo boleto de avión que yo pero por la cuarta parte pero siempre para él, nunca para ti, se compró una bicicleta de montaña mejor que la mía a mitad de precio se la robó el amante de su esposa, disfruto cuando Cristiano Ronaldo no mete goles, cuando España queda ultima en Eurovisión, cuando los ricos y famosos tienen problemas como yo, me encanta ver patinarse y caerse a la camarera que se molestó porque le dije “me pones un gin tonic, guapa?”, amo llegar a la cancha de tenis y sacar a los jugadores anterior con la frase “time’s up”, disfruto ocupando la última plaza de un parking mientras el que viene detrás de mí tiene que ponerse a dar vueltas, llevarme las ultimas donas de la pastelería para que la pareja de gordos de detrás de mí se jodan, me encanta asegurarme que, en una noche de copas, si no yo follo mis amigos tampoco lo hacen, que hay más agradable que tirarte un pedo en un lugar público y culpar a otro? No es agradable entrar en una conversación donde se está hablando de alguien que no te cae bien y soltar, “y tú no sabes las ultimas…. Menudo pajarraco el tipo”… pues lo dicho, que soy un mal tipo.

viernes, 2 de febrero de 2018

CUANTA CHORRADA!!!!!!

CUANTA CHORRADA!!!!!!

En mi clase de octavo había un gordo. Y se llamaba Guillermo. Y le llamábamos Guillermo el gordo, el puto gordo o el gordo a secas. Y había uno que llevaba gafas y era el gafotas, el cuatro ojos o el puto gafas. También había uno que se ponía nervioso al leer y se trababa un poco y le llamábamos el tartaja. Otro con problemas de halitosis (mal aliento para los que no quieran ir a googlee a buscar lo q significa) que le llamaban Josué y para nosotros era Josué el asqueroso. Gays no había, ni maricones... faltaría más, era un colegio serio, de curas. De jesuitas, para ser más exactos. De los que te daban dos ostias bien dadas si te pasabas de listo. Y otras dos si te quejabas. Y que no se te ocurriera quejarte en tu casa porque tus padres te daban otras 4 ostias mejor dadas para que aprendieras.

Poner en duda la autoridad del profesor? Te has vuelto loco? Si en el colegio el profesor te sacudía pues a aguantar y a callar. Faltaría más. Curas de los de antes, de los de verdad, curas de España, cojones!!!!! fumaban, y tomaban vino, mucho vino de hecho... y nada de desviaciones enfermizas con menores como los curas americanos. Si acaso alguna putilla de las de toda la vida o alguna viuda de La comunicad necesitada de consuelo.

Los gitanos? Todos ladrones. Los maricones? Pues eso mismo... maricones, invertidos, bujarrones, maricas, locas. De Algeciras pa’bajo todos moros. Los andaluces unos vagos, los catalanes unos tacaños y los madrileños unos chulos. Los vascos terroristas todos y si esquiabas eras pijo. Dime qué coche tiene tu padre y te diré tu status social. En el fútbol se fumaban puros, se tomaba vino y se insultaba al árbitro. Y si un jugador era negro le podías llamar negro. También se podía fumar en los bares, en la oficina, en el taxi y hasta en los aviones. Y los albañiles podían alegrarse el día viendo pasar a lozanas hembras al tiempo que les proferían simpáticos e ingeniosos piropos. No cualquier piropo, no... Piropos castellanos, clásicos, piropos de España y olé.... desde el clásico y moderado “olé, mi arma. Que gracia y que salero” de los andaluces al más osado “guaaapa, que estás Pa’mojar pan” o aquel otro clásico y fino “cachonda, que te voy a comer el....”. Te podías dar de ostias a la salida del colegio sin que una cadena de televisión organizara debates sobre “la violencia en nuestras aulas”. Y si no estudiabas o si eras gilipollas pues no aprobabas y no pasabas de curso. Y si insistías en tu torpeza pues no ibas a la universidad. Salías del colegio y te ponías a buscar trabajo o te ibas a estudiar formación profesional con los idiotas. Idiotas? Dije idiotas? Sí, porque entonces había idiotas, y había sub normales, y había retardados, y había jilipollas. Y no pasaba nada. Ellos lo sabían, tú lo sabías y todo el mundo lo sabía Y si eras un “pringado” te robaban el bocadillo en el colegio, te robaban las tareas, se metían con tu hermana o con tu madre y si querías jugar a fútbol con los demás tenías que ser el dueño del balón porque si no pues no te dejaban jugar con los chicos y te ibas a jugar con las chicas. Y no recuerdo jamás haber escuchado conceptos como el Bullyng ese tan de moda ahora. Y los chicos (entonces no hacía falta decir “y los chicos y las chicas”) no entraban en depresión ni requerían asistencia psicológica por este tipo de cosas. Simplemente se convivía y mira que bien hemos salido, no hay más que mirarme a mí!!!! El día del orgullo gay? Que salieran a la calle los maricones vestidos de locas o con chaquetas de cuero y mordazas de perro con pelota roja en la boca cómo salen ahora... ya verías tú cómo les iba a ir...

En aquella época en la vuelta ciclista a España (un clásico de toda la vida) a los ciclistas les esperaba una jaca bien buenorra con un ramo de flores y una botella de champán para celebrar el triunfo y el esfuerzo del sacrificado deportista. Ahora creo que le espera un maromo porque lo de la tipa parece que es degradante para la mujer. Así que en la última vuelta a España nadie quería ganar la etapa no sea que el azafato de turno en lugar de destapar el champán quisiera ponerles mirando a Cuenca.
Ahora parecerá extraño o de ciencia ficción pero, entonces, si tenías un negocio de modelaje, una tienda de lencería o un local de copas podías contratar mujeres a través de un anuncio en prensa y solicitar que tuvieran “buena presencia” sin que te metieran en la cárcel por sexista, racista o machista. Incluso te permitían exigir que las modelos que ibas a contratar para tu colección de bikinis primavera - verano 1980 fueran mujeres de determinadas medidas. Básicamente porque era tu negocio y querías que los trajes de baño se vendieran y ganar dinero tú y darlo de ganar a esas humildes y sacrificadas mujeres que se esforzaban con sus dietas y ejercicios para poder desfilar. El mismo esfuerzo que hace un estudiante para poder pasar sus exámenes y graduarse de medicina y que quien te opere de apendicitis no sea un inepto incapaz al que le aprobaron el bachillerato para que no se sintiera acomplejando y los papás tuvieran que llevarlo al psicólogo y las cadenas de televisión de España organizaran debates acerca de lo mucho que se les exige a nuestros jóvenes estudiantes.
Y es que hay mucha, mucha pero mucha chorrada hoy en día con la igualdad para todo y para todos y todas.

Es probable, querido lector, que cuando usted esté disfrutando de estas líneas yo ya esté tras las rejas o sometido a tortura por algún grupo de extremistas y extremistos que al grito de “no a la intolerancia. todos y todas somos iguales y todos y todas tenemos los mismos derechos” me estén quemando las plantas de los pies par que me desdiga como el pobre Galileo Galilei.
Dime, querido lector, con sinceridad....Tú dejarías a tu hijo de 10 años que vaya a pasar el fin de semana a casa de un amiguito que el papá se llama MANUEL y la mamá se llama Jorge. Llámame antiguo si quieres pero yo prefiero dejarlo ir un concierto de Marilyn Manson que, como mucho, va a drogarse y alabar a Satán.

También recuerdo una época donde las alubias llevaban chorizo, morcilla, tocino... y no había que quitarles la grasa ni deshidratarlas para comerlas. Te lo comías todo… y con pan. Y nadie se moría de nada por ello. Y los moro se comían su cus cus y sus dátiles y no jodían pidiendo que nos quitaran el chorizo y la morcilla a los católicos (qué para según qué cosas los españoles somos muy creyentes y tradicionales).

En fin, paremos que me caliento y esta historia solo pretende ser una reflexión jocosa.
Por cierto que además de Joaquin el gordo y Josué el asqueroso también siempre había, en todos los colegios, un macho que dominaba en los vestuarios por sus atributos varoniles. En mi colegio se llamaba Gorka. Y hay cosas que no cambian y no deben hacerlo.