viernes, 18 de octubre de 2013

De la Iglesia al caribe

La conocí en un bar y me la lleve a casa esa misma noche. Y qué noche! por cierto. Hicimos de todo tooooda la noche. A juzgar por sus comentarios fue su mejor vez. Y lo cierto es que me esforcé al máximo. Es normal: tenía 32 años y hasta esa noche era virgen, y quién sabe cuándo tendría otra oportunidad. Soy de Bilbao, es algo común.Y ahí mismo comenzamos una perfecta y pasional relación que duró, exactamente, 3 frenéticos meses pasados los cuales los astros, mi novia, las zorras de sus amigas y los hijos deputa de sus padres se conjuraron para organizar mi ruina moral y económica: decidieron q nos casaríamos.

 En ese momento se acabó la pasión en la relación y comenzaron mis tribulaciones. Con apenas tres meses de noviazgo me plantaron una boda a un ano vista porque había que reservar con tiempo y casarse en la misma iglesia q su madre y su abuela. Para mantener la tradición, ya sabes. Y de blanco y vestido largo, con la iglesia llena de orquídeas blancas q denotan pureza.
 Sería la pureza de tu madre y de tu abuela porque tú, ZORRA, has visto más taladros que mi abuelo que era minero (que el otro día una amiga suya me llamo para advertirme de tu turbio pasado). Pero nada, aventuras de juventud me respondieron tus padres cuando fui a reclamar.

Total que aquí estaba yo, en la puerta de la iglesia. Cincuenta pasos me
separaban de mi juez disfrazado de ministro eclesiástico y mi verduga
enfundada en un vestido blanco de diseñador que me había costado 5,000
eurazos y renunciar a cambiar de coche ese año.

Cincuenta pasos, cada uno de los cuales iba acompañado de un pensamiento
que hería cual punzante puñal: 5,000€ del vestido, 30,000€ del banquete,
2,000€ de la decoración de la iglesia (que por ese dinero ya podían haberle
puesto una camisa y unos zapatos al Cristo, digo yo), 3,000€ del fotógrafo,
500€ del coro de la iglesia, 200€ para los monaguillos, 200€ en taxis para
las tías viejas y solteras de la novia, 5,000€ para el salón de baile....y
en estos pensamientos tan nobles iba ocupada mi mente cuando, oh! Sorpresa!
Entre los asistentes a la ceremonia vi a un par de ex de mi novia que me
miraban con lágrimas en los ojos (no sabía si de pena por mí, de emoción
por el evento o muertos de risa por ser tan pringado).

Decidí, entonces, pensar en la parte positiva de lo que se me avecinaba:
pasar el resto de mi vida (tooooooda mi vida) con la misma mujer (ESA en
concreto, ya no podía cambiar), comidas familiares con los padres y
hermanos de ella, tener hijos que se parecerán a ella y a su madre...
Y esta es, Sr. entrevistador, la razón por la que me vine al Caribe vestido
de frac y sin maleta. Llego directo de la iglesia. Y si usted me da el
trabajo en su compañía hotelera le aseguro q seré su más fiel servidor. No
tendrá quejas. Eso sí, págueme en cash porque todo lo que gane me lo voy a
gastar en morenas q pa'eso vine.

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