La verdad es que en mis cuarenta años de vida nunca, ni
en mi plano laboral ni en mi plano personal, he tenido ocasión de integrar o
derivar funciones. Mucho menos me he visto en la imperiosa necesidad de
resolver un logaritmo neperiano (en base n, vamos, quién no sabe lo que es...)
para poder salir de alguna complicada situación. Salvo para superar algún examen
necesario para avanzar de curso.
El latín, por igual, me ha servido de bien poquito en mis
viajes a diferentes países del mundo.
Tampoco acabo de encontrarle aplicación práctica a saber
donde se chocarán dos trenes que salen de diferentes puntos de la geografía española
y que han decidido ir en la misma dirección pero en sentido opuesto.
De los elementos de la tabla periódica me acuerdo de bien
poquitos y, por supuesto, de la carga atómica de ninguno de ellos.
De las supuestas enseñanzas filosóficas de Sócrates o Platón
tampoco soy consciente de haber obtenido un gran beneficio. Yo mismo tengo
ideas igual de brillantes a cada rato (sobre todo si le he dado a la marihuana
un rato antes).
De las enseñanzas religiosas sí, mira tú por dónde: conseguí
que me regalaran una bicicleta y un reloj digital casio por hacer la primera comunión.
Del resto de aprendizaje religioso estoy un poco confundido ya que varía
demasiado con el devenir de los anos. Así, antes lapidaban a una mujer por ser
infiel a su marido y ahora ejercen su libre derecho a la sexualidad, prohíben
el preservativo pero entierran criaturas en los túneles que unen conventos con
monasterios, aborrecen la homosexualidad pero sus miembros ejercen la pederastia...
Lo dicho, me hago un lío.
En cambio sí que creo me hubiera venido bien algo de educación
jurídica básica para saber, por ejemplo, que si un colega entra a robar a mi
casa mejor que darle una paliza me conviene tirarlo por el balcón y asegurarme
que se mate y decir que el pobrecito ladrón se debió de patinar del balcón
cuando huía con lo robado con el sudor de su frente.
Qué bueno de haber tenido información básica de las
etapas en la vida de los niños y los adolescentes para no tener que auto
descubrirlo todo por el empírico procedimiento prueba y error.
También hubiera sido interesante haber recibido la información
básica de como criar un niño ya que, antes o después, te va a resultar
imprescindible en la vida adulta.
Lo importante del reciclaje y la necesidad real del
cuidado del medio ambiente debían ser asignaturas de obligado cumplimiento.
Tareas domesticas seria, sin duda, una de las más
importantes. Y es que cambiar bombillas, empalmar cables, desatascar tuberías,
instalar lámparas, embaldosar o instalar ventanas es algo que todos necesitamos
aprender.
Y qué decir de la cocina básica? Sin duda mucho más importante
es aprender a cocinar y manipular correctamente los alimentos que calcular cuántos
moles son necesarios para pasar un huevo de estado líquido a estado sólido.
Poner la lavadora, planchar la ropa, conectar el DVD a la
tv, robarle el internet wire-less al vecino, de-codificar el canal plus para
ver las pelis porno o hackear el contador de la luz son conocimientos que
debieran ser adquiridos bajo desde tu más tierna infancia.
Y súper-importante es ensenar a los niños la necesidad de
hacer la pelota a las abuelas y a las tías solteronas para que suelten la
pasta.
En fin, que la educación escolar debiera estar más basada
en las necesidades reales de la sociedad que en conocimientos de dudosa
aplicación real.
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