viernes, 25 de octubre de 2013

De toda la vida

Qué buena expresión esta de “de toda la vida”. Qué bien se adapta a multitud de escenarios y cual bien expresa lo que queremos decir.
Así, una "novia de toda la vida" referencia a una novia que conocimos en la adolescencia y nos duró hasta acabar la carrera. 

Cuando alguien practicó un deporte cualquiera desde los 10 hasta los 18 anos dirá que practicó dicho deporte "toda la vida".
Y si tu madre te ponía hamburguesa para cenar todos los viernes durante tu época estudiantil dirás que en tu casa "toda la vida" se ha cenado hamburguesa los viernes. Curiosamente, y debido a la riqueza léxica del castellano y a la riqueza expresiva de los españoles, podemos potenciar y reforzar el sentido de la expresión "de toda la vida" añadiéndole un simple vocablo. Cual? El término "puta".
Así, cuando conocemos a alguien que decide salir del armario a la edad adulta no faltara quien diga "normal, ese ha sido maricón toda la puta vida". 

Si en el colegio eras de los que te robaban la merienda y las niñas se reían de ti por gordinflón, cuatro ojos o jilipollas en general y un día apareces como consultor, director de administración o director de hotel sin duda quien te conozca de aquella época afirmara "ese ha sido un frikazo toda su puta vida".
En cambio, nadie asocia con la expresión "toda la vida" ninguna actividad que comience en la vida adulta por más tiempo que la practique.

Y tampoco aplicará ese término a actividades que se comiencen a realizar  pasados los 25 por más anos que se ejerza la misma.

De hecho, cuando uno se visualiza a si mismo tiende a hacerlo con la imagen que tiene de sí en la época de la adolescencia y la juventud. Nadie se identifica con la imágen actual que tiene frente al espejo. Bueno, habrá alguno que lea los libros de autoayuda y cada día se mire al espejo y le diga a su imágen lo especial e importante que es como criatura de Dios y ser humano.

Y casi nadie se acuerda del último polvito que echó (salvo mi novia que aun debe estar disfrutando de aquellos gloriosos 75 segundos), del último beso pasional que dimos  o del más reciente levi's red label que adquirimos.

Pero todos nos acordamos de nuestra primera relación sexual con un miembro del sexo opuesto (o del mismo sexo, que hoy en día no se sabe quién es quién y al que menos imaginas le gusta que le pongan mirando a La Meca), la primera pajilla con el sujetador de la vecina, la primera chica que besamos  o aquellos pioneros y  flamantes levi's que nos convirtieron en John Travolta por unos días. 

Y porque? Pues porque solo las experiencias vividas en el periodo mencionado tienen la capacidad dejar en nosotros la sensación de ser cosas “de toda la vida”.

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