viernes, 18 de octubre de 2013

Lo mio es mio


Como decía un amigo mío no es buena idea prestar dinero a un amigo porque pierdes el dinero y pierdes el amigo. En este país en concreto el caso aplica también a familiares. Yo no he visto cosa igual. En este país prestar dinero es tanto como regalarlo. O peor. Porque si lo regalaste al menos te queda la sensación de haber hecho algo por alguien. Pero si lo prestas no solamente no lo recuperaras sino que, además, el deudor en cuestión te evitará por todos los medios o, colmo de los colmos, se molestará contigo por recordárselo. Y cuando le reclamas te contará una película de vaqueros: que no sé quién no le pagó o que le prestó a no sé quién o tuvo que comprar esto o aquéllo… pero a mí que ostias me cuentas? Yo te presté con fecha de devolución, devuelve y ya, no es mi problema tu vida privada.

Pero es que con las novias o mujeres es peor. Esta mañana, por ejemplo, a mi mujer no le arranca el coche. Qué hace la tía? Pues se lleva mi camioneta? Porqué? porque le salió de allá, claro. Cuando le reclamo me salta:” y para que la necesitas tu hoy?” Pues para lo que me dé la puta gana, no te jode!!! Para eso me la he comprado, para usarla cuando quiera sin tener que dar explicaciones a nadie.

“Vamos, no seas miserable ni tacaño que te la devuelvo temprano” me dice la colega. O sea, que además que me roban la camioneta en mi puta cara resulta que encima me insultan y me hacen sentir un egoísta.
Total, que como no podía ser de otra manera hoy, justo hoy, me hizo falta la camioneta. Pero no la tenía, así que tuve que dejar de hacer lo que tenía previsto para más tarde. Y es que acabé llegando a un acuerdo con la ladrona de coches donde me devolvería la furgoneta a una hora temprana para poder hacer lo que tenía que hacer. Pues tampoco, me la ha devuelto 2 horas tarde. Con lo cual no he llegado a tiempo a mi compromiso. Y cuando reclamo encima me salta: “joder que egoísta eres, a mi me ha molestado mas pedírtela (como si la hubiera pedido en lugar de robármela) que a ti dejármela. No me metas presión que menudo día llevo. Que quieres? Que tenga un accidente por conducir deprisa para devolverte el coche?”
De nuevo acojonante la situación: me han robado la camioneta, me han insultado, no he podido cumplir mis
compromisos y ahora me quiere hacer culpable por el stress de su trabajo y por el stress de tener que conducir MI camioneta……
Pero es que esto parece ser algo común en tooooooooooodas las mujeres del mundo. Me refiero a contar con tus cosas como si fueran de ellas y querer hacerte sentir culpable si les reclamas.
Recuerdo en mi época joven cuando tenía novia y siempre me pasaba lo mismo (y lo he contrastado con amigos míos y a todos les pasa igual): te vas con tu novia a tomar una coca-cola y se te antoja una hamburguesa. Piensas “me voy a comer una hamburguesa de puta madre con queso y papas fritas”. Por supuesto por educación (y por qué quieres conseguir algo esa noche) le ofreces una hamburguesa a tu novia. Ella dirá que no. Y entonces te sacan tu hamburguesa: grande, jugosa, grasienta, con papas….. Y justo cuando vas a comenzar a devorarla tu novia te dice “me das un mordisco?”. Claro, tu no le quieres dar y le dices: si quieres te compro una. “No, yo no quiero una entera. Quiero un poco de la tuya”. Ya (dices tú), lo que ocurre es que yo SI la quiero entera. Así que mejor te compro una. “Pero cariño (dirá ella), si nada mas quiero un par de mordisquitos de tu hamburguesa.”. Ya, ya, pero tú no me entiende a mí (y ya comienzas a mosquearte): yo la quiero entera. Entiendes? No la quiero entera menos dos trocitos, no. La quiero E-N-T-E-R-A. “Ay, que egoísta eres (dirá ella haciéndose la enojada). Pues ahora ya no quiero, y llévame a casa porque no se qué hago contigo si eres un egoísta y…..”. Total, que al final no puedes ni comerte la hamburguesa sino que tienes que dejarla en el plato. Y te vas a dormir con una mala ostia de cuidado (y
sin cenar). Claro, eso tu. Ella llega a su casa y se lo cuenta a su madre quien, sin dudas, la felicitará por su
comportamiento y haber sabido poner a ese “cerdo machista en su sitio”. Y tanto ella como su madre tienen una conversación de lo más interesante y duermen felices por ser mujeres y estar liberadas de la opresión del yugo del hombre y todas esas chorradas. Y luego se extrañan que haya divorcios, lo raro es que haya jilipollas que aun se casan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario