Desde el momento que pise por vez primera
este país caí rendido a sus encantos y aprendí a amarlo como propio siendo el
carácter de sus habitantes gran culpable de este flechazo, de este amor a
primera vista.
Y en estos 13 años de feliz noviazgo he
tenido la oportunidad de conocer más en profundidad la historia del país y las
circunstancias que le han llevado a ser lo que es hoy en día.
También he sufrido en carnes propias, como
no, algunas de las carencias y defectos que, como en cualquier sociedad,
existen. He aprendido a aceptarlas y vivir con ellas igual que el resto de
sufridos ciudadanos del
país acostumbrados, históricamente, a sufrir de los
abusos y descaros de sus clases dirigentes.
Es por todo ello, quizás, por lo que me
duele tanto que esta tierra, que esta acostumbrada a la tiranía de dictadores y
caciques y pareciera haberse liberado ya de este yugo para caminar con paso
firme hacia la democracia y un futuro con oportunidades para todos, encuentre
tantas trabas en su avance.
Dicho camino es largo y tedioso en
cualquier civilizacion pero más en aquella, como es el caso de la Republica
Dominicana, donde la educación es escasa y los líderes apuestan por no
mejorarla para, de esta vil manera, poder manejar y engañar al pueblo.
A pesar de este pesado lastre el dominicano
ha sido capaz de avanzar social, espiritual e intelectualmente y existe una
nueva clase media y ellos y sus hijos en poco recuerdan a aquellas que conocí
13 anos atrás. Viajan, estudian, se relacionan, cultivan sus cuerpos y sus
mentes, tuitean, facebokean, opinan y deciden.
Y para sorpresa y orgullo de todos, locales
y foráneos, han tomado una decisión inimaginable anos atrás. Han decidido que
se acabó ser "pendejo" y dejarse robar, estafar y engañar por políticos
ladrones, dirigentes corruptos y descaradas mentiras. Estos días estamos siendo
privilegiados testigos del grito de BASTA de los dominicanos.
Lamentables han sido los abusos de los
últimos anos que han culminado con un ahugero de más de 150,000 millones de RD$
desaparecidos solo en los 12 últimos meses. Lamentable que se sepa dónde han
ido a parar y no se pueda hacer nada. Más lamentable e incomprensible aun que
no pueda hacerse una auditoria o revisión de cuentas tratándose de dinero
público que debiera ser justificado más aún que el privado.
Lamentables las medidas que el gobierno
quiere tomar para recuperar ese dinero "desaparecido" a base de
gravar fiscalmente todo lo gravable y apretar el ya de por si empobrecido
bolsillo dominicano.
Pero lo que no tengo termino para definir,
me faltan palabras al tiempo que me tiembla el pulso para escribir y la voz
para hablar debido a ira y la sorpresa es que traten de firmar leyes que
impiden que se opine sobre las clases dirigentes. Esto es i-n-t-o-l-e-r-a-b-l-e
y por si solo descarta y anula cualquier credibilidad en un gobierno o
sociedad. Hasta en las dictaduras más
sangrantes y abusivas (y lamentablemente en el pasado cercano de la
República Dominicana existe una que, sin duda, aún pesa en el recuerdo y la
vergüenza de los más mayores) se trata de ocultar la falta de libertad de
expresión y se maquillar la situación. Como va a ser posible que en el año 2012
del calendario cristiano el gobierno de un país ose siquiera plantearse esto?
Mucho menos promulgar la ley y tratar de aprobarla. Me quedo sin palabras.
Solo me queda, por tanto, animar a las
nuevas generaciones de dominicanos a continuar por este camino y no cejar en su
empeño hasta lograr que se auditen y revisen las cuentas y se tomen las medidas
penales contra aquellos que se demuestre han robado, saqueado, desfalcado,
estafado, engañado y cualquier otro "ado" que haya supuesto el
beneficio personal, o de amigos o familiares, a costa de la costillas y el
bolsillo del dominicano.
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