lunes, 28 de octubre de 2013

Flojos


Y yo que pensaba retirarme y ceder mi puesto de líder varonil para dar paso a las nuevas generaciones…. Qué vergüenza, qué lástima y que desilusión las nuevas juventudes. Realmente el mundo está abocado a su fracaso. Y no por el efecto invernadero, las diferencias sociales, el agujero en la capa de ozono, la contaminación de los mares o la energía nuclear. El mundo tal y como lo hemos conocido va derechito a su perdición porque las nuevas generaciones son flojas.
Este domingo pasado estaba disfrutando de un rato con mi hijo de 9 años jugando al ping-pong y al futbolín cuando unos adolescentes de 14 anos me retaron. “Vaya, me tocó pasar vergüenza delante de mi hijo” pensé yo inocentemente. Pues para mi sorpresa resulta que les gane tanto al ping-pong como al futbolín. Ya estaba yo dispuesto a hacer uso de mis conocimientos de pelea callejera para defenderme del ataque que, sin duda, los alocados y agresivos jóvenes emprenderían contra mi cuando, contra todo pronóstico, me dieron la mano, me felicitaron y se fueron. No podía dar crédito. Pero cuando se ha visto esto? Que siendo un adolescente venga un tipo rozando los cuarenta (muy bien llevados, eso sí) y te gane a un deporte de estos  es motivo de gran vergüenza ante los amigos. En mi época dorada la única reacción posible que se podía tener ante una situación así era la de dar una paliza al tipo. Pero darle la mano y la enhorabuena? Pero vamos, hombre, será que estos chicos (que hasta vergüenza da denominarlos así) no tiene sangre en las venas? Claro, todo el día jugando a la consola y con padres súper-protectores que cuando se quejan que en el colegio les pegan se van a demandar a los profesores es normal que luego se vuelvan subnormales.

Pero resulta que el problema es mucho más grave de lo que pensé y no solo afecta a los adolescentes actuales sino también a las nuevas nuevas generaciones que rondan de los 25 a los 35 anos. Recuerdo que en esa época tanto mis amigos como yo éramos tremendos castigadores con las mujeres. No solo no había una que se nos resistiera sino que practicábamos la sabia política de “a más perro eres mejor te va”.  Son famosas las leyendas de los grandes conquistadores de mi generación: hombres de pelo en pecho, amantes de la buena mesa y la buena bebida, siempre dispuestos a quedar bien con los amigos a costa de la afortunada amante del momento, a dejar esta en casa mientras te vas de rumba con los amigotes o a cambiarla por otra más joven, mas tetona o, simplemente, mas nueva. Y ellas, como no podía ser de otra forma, encantadas de la vida de poder competir por lograr el amor de su “papi”.

Pero, y ahora? Ahora son patéticos los nuevos jóvenes que llegan al Caribe. Los primeros meses, cual pollitos recién salidos del nido, se dedican a salir por las noches y a fanfarronear de que los tiempos han cambiado y aquí están ellos, los duros, para hacerse cargo de la situación y que las viejas glorias están muertas. Salen par de noches, cenan en algunos restaurantes, se consiguen par de tontitas y ya se creen que están en la cresta de la ola. Pero en menos que canta un gallo los cazadores son cazados y se les ve humillados, derrotados, destrozados… por las malas artes del sexo opuesto. De repente dejan de salir, cambian sus viejos hábitos de salir con los amigotes para estar siempre yendo a buscar a la novia a su trabajo o llevándola a donde le pidan, les cocinan y les friegan (increíble pero yo mismo he visto casos de estos), en algunos casos extremos llegan incluso a apuntarse al gimnasio, dejan de fumar, cambian de estilo de vestir, llegan a tiempo a las citas, se depilan las partes íntimas o se quitan el bigote. Y continúan su vida entre nosotros como si nada hubiera ocurrido. Se atreven a sentarse en nuestras mesas, saludarnos por los pasillos e, incluso, bromearnos como si fuera normal su comportamiento. Así, justamente asi, comenzaron a comportarse los hombres del imperio romano poco antes de su caída.


Estimados hombres, desde este pulpito os ruego cordura y paciencia para orientar correctamente a estos jóvenes que, como invidentes sin lazarillo que los guie, están llevando nuestro mundo a su destrucción.  PARA MUY PRONTO EVENTO COFRADISTICO DE CLASICOS COFRADES. FLOJERAS GO HOME.

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